viernes, 30 de octubre de 2009

DEYA-BUS





En mi familia nadie tuvo auto y que yo recuerde los parientes politicos tampoco, lo que no significa de ningùn modo que los nuevos parientes no lo adquieran, eso serìa como el primer titulo universitario para otras familias, algo que en mi Lofche nunca fue priorìdad. No me queda más que pasar la tarjeta y asì todos los dias vuelvo a alimentar a este plàstico azul con sus sagrada ocho gambas, claro que a veces le cargo sus dos luquitas cachando que el wiken viene pesao. Empiezo a caminar por el pasillo a ras de suelo con los delicados movimientos de este Coloso cargados con diferentes cabezas de animales en su gran mayorìa marranos y uno que otro delicado ciervo perdido en este aroma de carne traspasada por la carne donde yo vengo siendo como el lobo-malo que mira a ver si de tanto en tanto sale un historia que pueda postiar en este blog que al igual que a la tarjeta necesita que lo alimente. En realidad queria comentar lo que pasò en la micro de vuelta a la casa despuès de una tarde donde atendì a una Doctora infiel, una secretaria menopàusica tambièn infiel y a un Garzòn makaveo, una tarde de Tarot normal. nada sorprendente hasta ese momento que me sente en una de estas butacas empinadas de la cual solo esperas ver salir una ninfa que te recuerde que todavìa existe un bosque donde poder perderse. intalado en mi vision 3d experimente un Deya-Bus, la wea fue bien especial comenzaron a moverse como si mi mente les dijera lo que tenian que hacer y asi fue; el Care Gato que estaba parado en la puerta miraba insistentemente el Touch de la Caballo mientras que màs allà el Gallina con sus aurìculares metidos hasta los martillos sostenìa su mochila listo para bajarse, en ese instante el Pato pulsaba el timbre, la pròxima parada era cerca de "la Pila del Ganso" (que casaulidad), justo ay donde El Circo de "Los Tachuelas" se jactaba de tener verdaderos animales en cautìverio sucedio mi Deya-Bus. El Marmota del chofer no abrìo las puertas dejando al Care Gato atrapado con el celular Touch de la Caballo en sus manos, comenzando a su vez los empujones y los gritos de que ¡abre la puerto pedazo de animal!, mientras tanto el Pato que en sus mejores tiempos fue picao a SuperRaton se avanlanzo sobre el Care Gato mientras el gallina con cara de Gallina no sabìa donde iba la micro, ay todos los Monos se me conjelaron. Como yo, ya habìa visto la pelìcula deje que la secuencia continuara, al Care Gato lo agarraron dos Simios mientras otras Hienas le mordian la piel, hasta que habrieron las puertas saltando de la calle una pareja de Dobeman que con sendos mordiscos hicieron que el Care Gato cayèra, no en cuatro patas, si no de espaldas en la solera, donde un ilera de Pericos aplaudian la labor de los Canes. A todo esto el Touch de la Caballo nunca lo encontraron, Un antiguo Gabilan Pollero del Barrio Franklin se lo habia fondiao entre su ala izquierda. disfrutando de sus virtudes una cuadra màs allà casi al lao de un Camello que fumaba .Todo esto se podrìa a ver evitado si yo hubiera alterado mi Deya-bus, con el solo hecho de cederle el asiento a la Caballo segundos antes que el Pato tocara el timbre.


sábado, 17 de octubre de 2009

NO ME PIDAS QUE DEJE DE TOMAR

Hay en estas palabras un especìe de mandamiento sàtirico, una clausura nupcial, un pacto de dos angeles caidos en una ciudad donde los bares estan abierto las 24hrs y las ganas de morir tambìen. Leì este libro en el momento màs triste y màs alcohòlico de mi vida (vendrian recaidas porsupuesto) de hecho creo que la novela me chanto, me quito la sed. ( sed de morir como un kiltro) El libro era parte del equipaje de mi buen amigo tano Bruno Genovesio, la cuestiòn que le di dos lecturas casi inmediatas querìa seguir apostando al amor en esa ciudad creada en pleno desierto de Mojave por la mano del Demonìo. Esta novela escrita por John O'brien y publicada en 1991 con el tìtulo de "Adios a las Vegas" es una sensata historia de amor entre Ben y Sera con un solo detonador el desamparò igual desesperaciòn. A modo de mito se comenta que O'Brien no bebio ni una gota de alcohol mientras la escribiò, abstinencìa que duro dos años, tambièn serìa la ùnica novela que viera la luz, que ademas hicieron encender los focos de Hollywood en los ojos del Director ingles Mike Figgis que con un presupuesto de tres millones de dòlares (algo precarìo para la industrìa) prenderìa las luces de neòn en las Vegas de John O'brien con la intachable actuaciòn de Nicolas Cage y una cautivante Elizabeth Shue tragados por la voz de Sting. A los 33 años Jonh O'Brien se destaparia los sesos con una escopeta un mes despuès de firmar el contrato para la adaptaciòn del film (nunca verìa la pelicula). Aquel libro fue a parar en la estanteria del Mero en calle Namur haciendole compañia a otros bebedores que en comparaciòn con Ben solo planeaban un proximo robo de libros.