viernes, 24 de junio de 2011

SOMOS UNA TUMBA

Soy de los que prefiere el aire libre.

Cuando me muera quiero que hagan un pozo

En el cielo y me enairen alli entre los gusanos alados.

Bruno Genovesio.

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¡Corré Boludo!- grito el Bola 8 corriendo con la mochila colgando del hombro izquierdo. Pasa que cuando hacer dedo funciona es como ganar una apuesta en el hipódromo, como hacer perro muerto, como un polvo en el hotel mil estrellas, como robar libros, como una subida de Ponderax. La ruta arriba de Volkswagen azul ruidoso no era nada comparado con nuestras hermanas de la caridad, una mezcla de ubres y rollizos todo combinado en adulaciones cuetes y Canada Dry. El encuentro con el RAM desde la ventana del Escarabajo nos hizo leer en el retrovisor: Aturdidos por el pez en el parpado del ojo. Con los numeros telefonicos escritos en un smokin saltamos del water , sedados por el aroma fuerte del RAM, Bola8 fue el primero en tocar su espuma y como cetácio se perdio para aparecer una y otra vez, de sus mostachos colgaban las gotas de arcoiris, de sus gritos un recuerdo de familia, por los ojos la libertad de vivir con lo puesto, mientras el LOS le cambiaba el pellejo tano. Le pregunté que le parecia el Pacifico en comparación al Paraná -la sal boludo, la sal - respondió, pasándose el índice por la lengua justo en el instante que del Ram salia una Reineta bronceada , la verdad, las playas en verano son insoportables. Le conte la primera vez que vine a la tumba y de la suerte que tuve al descubrir a una gringa con los calzones abajo detras del muro que separa la lapida, fue un verdadero acto de creacionismo, ahora que lo pienso nunca tuve la certeza del color de sus ojos, pero quiero pensar que fueron azules al igual que la piedra de lapislázuli que deje enterrada en su honor. El Bola 8 se lo paso rato escribiendo en un cuaderno mas largo que sus dos manos juntas y se perdia en la visual de tonos marchitos y viento al peo. Al Bola 8 me lo presentaron en un acto cultural sobre presos mapuches donde llego con un poco de yerba mate. Compartimos el improvisado escenario con algunos poemas malos, me contó que vivía en la casa de unos gitanos, (primera vez que escuchaba que los gitanos viven en casas) -en cualquier momento se dejan caer y me quedo en la calle-se acordaba-. Le ofrecí de inmediato alojamiento en mi departamento, mi mamá había muerto hace un año y al padre de mi hermana le pegamos la pata en la raja hace un par de meses. Así que estaba mi hermana apunto de tener a su primer hijo y yo. Le dejé mi número y que cuando se sintiera solo y con ganas de dejar la carpa gitana me llamara. Después de dos semanas sono el telefono y dos horas ya estaba en departamento compartiendo Tallarines v/s Vino.

Pensando en el poto rosado de aquella gringa, me acuerdo de Teresa Will Montt y del sexto sentido del poeta y en sus últimas palabras ¡cara de poto!.

Leo en voz alta para sacar al Bola 8 a la superficie:

Por qué cantáis la rosa, ¡oh Poetas!

Hacedla florecer en el poema;

Sólo para nosotros

Viven todas las cosas bajo el sol.

El poeta es un pequeño Dios.

Luego de mirarnos en una señal telepatica y dejando los versos detras de las orejas salieron las palabras.

-Che, escucháme, por ahi se nos fue pedirle algo de yerba a las gordis?

-Eso hubiese sido un abuso...¿ y si las llamamos ?–repondi

-eso ya es un exceso-reclamo el boludo,con pausa de chela en su carganta, agregando en tono flatulento - ¿queres que las llamemos.?

-dejemolas que crean que lo olvidamos.

-Sos un hijo de puta ¡.

En picada de pelicano nos despedimos de la tumba. Con los rayos de sol por entre las piernas de las bañistas que sacudian sus toallas caminamos por el mirador de la playa chica de Cartagena sin rumbo, solo disfrutabamos de la frisa del RAM.

Preguntamos a un garzón donde podriamos pasar la noche sin problemas, nos saco una radiografia de pies a cabeza y dijo que 1 km más alla llegariamos a costa azul -ahy la guea es piola muchachos -se desemvolvia el cogote de almeja del garzon. La verdad no le creimos, siempre eh tenido un perjuicio con los tipos que cargan una humita en el cuello, es como si le estrangularan la manzana de Adan.

En lo de la distancia el pinguino tenia razón, pero en lo referente a lo “piola” la guea no podia ser más cargada a la taquilla cuma, sin contar el vino en caja que pasa de boca en boca por un costado de la plaza. Lo mejor de aquel lugar fue habernos comido un pollo asado con algo de chela, para luego seguir nuestro rumbo a orillas de la carretera, y así como la canción de los Cadillac seguiamos la luna, hasta que llegamos frente a un porton abierto con aroma a Eucaliptuis que nos hacía la invitación a pasar. Intalamos nuestros cuerpos dentro de los sacos mirando la bola blanca como una inmenza lámpara portatil.

La mañana lo pasamos diambulando por las calles de las cruses a ver si en una de esas El antipoeta nos invitaba a desayunar, pero terminamos tomandolo una sopa en sobre como crustaceos perdidos en la arena, por momentos eramos dos desconocidos y al rato una palabra nos reencontraba, esa playa fue una fatamorgana, Para el medio dia estabamos de vuelta en la carretera haciendo dedo rumbo a Isla negra. Estrabamos en la hora de almuerzo y no se nos ocurrio mejor que empezar con un aperitivo de cervezas con siete lenguas verdes de siete perros verdes, de siete tigres verdes,de siete mares verdes. La espuma tibia de las chelas nos hizo ir por más, subimos por el costado de la casa del Bacalao. No sé si lo leí o lo soñe pero la cuestión era Enrique Linh y Jodorowsky habian entrado a la casa una semana antes que el vate llegara de uno de sus viajes, la idea era dejar Crisálidas en los rincones de la casa, asi para que cuando Neruda habriera la puerta volaran ante sus ojos cientos de Mariposas, creo que el acto poetico de estos locos fallo, ahora podemos ver ejemplares de todo el mundo diambulando por entre las botellas zoomorficas del Poeta. Las tripas comienzan la canción desesperada del hambre. El menú se redujo a panes con tomate y mortadela, en un despliegue de poder vulgar que calificamos de, es una buena idea, Bola 8 marco el numero telefónico de las hermanas de la caridad.

- alo….Andrea?.. tu hablas con el argentino que recogiste ayer junto a un negro en la carretera ¿te acordas? - el Bola 8 me hace su complice con una cerrada del ojo izquierdo como queriendome decir no pasa nada loco en ese momento veo asercarse a dos pacos con un perro, tengo una de las tres botellas de Escudo abierta en la mano en una maniobra el Bola me quita el envase y la deja dentro de su chaqueta de milico y comienza a hacer alarde de su acento trasandino a viva voz.

-Si, ..me parece barbaro chicas, en una hora en el Tabo! –los pacos ni pescaron es mas me dio la impresión de que detestaban a los argentinos, sacando una lengua a lo Simmons, el Bola 8 confirma que todo esta en desorden y doy por hecho que en una hora estaremos con los ojos peludos y muertos de risa de quien sabe que refleción existencialista junto al RAM. Quiero pensar que la tumba de los amantes en Isla Negra es un navío que invita a su tripulación a su último puerto. Llegamos a pie a la playa del Tabo que quedaba junto a una zona de camping, el recibimiento fue como lo imagine un caño ediondo pero como también lo imagine los amigos de las guatonas le metian charla al boludo, que de donde era si le gustaba Chile y todas esas estupideses necesarias para poder establecer una conversación patriota de parte de los giles surfistas. Claudia la del seno exsuberante y la que podriamos decir la mejorcita de caracho en un gesto de salvavidas nos saco de entre los tiburones de pelos teñidos. Por segunda vez estabamos metidos en el escarabajo azul ruidoso pero ahora con la diferencia que el Bola 8 estaba de copiloto y yo atras sentado con Andrea una mujer de rostro pantruca con pecas y ojos separados de color verde agua, era así como un oleo de Picasso o alguna musa perdida de Almodovar pero con bastante sentido del humor, la idea de pasear en auto por el Tabo fue relajante , tanto que deje caer mi cabezota en el hombro flacido de mi acompañante la que no puso ningúna resistencia, con las vueltas y subidas llegamos a la casa. La escena de la once fue con olor a campo, todo muy familiar el pan amasado,el queso, y los tazones de café con inscripciones de simbolos zodiacales yo corría con el centauro y El Bola 8 levantaba su cola de escorpión mientras que las hermanas de la caridad buscaban las cualidades bajo el elemento Tierra.

Para la noche bastaron tres cervezas, una botella de ron y un arsenal de pitos para que los cuatro nos dejáramos acariciar por el calor que emanaba de la

chimenea que en esos momentos no solo calentaba la casa, poco a poco se

fueron formando las parejas, yo le comentaba a Andrea las bondades del reiki

con una mano más allá de su espalda, el Bola 8 recorría sin frenos el

exuberante seno de Claudia perdiéndose sus sombras de ambos por el pasillo

que conducía al dormitorio principal.

Las casas por la mañana encierran siempre una escena de un crimen, un

silencio que se puede cortar con un cuchillo, las huellas en los vasos, las colillas

marcadas con rush y por supuesto el cuerpo del delito que en este caso era la

amiga que yace durmiendo su quinto round. es cuando todo te da vueltas y te

sientes como verdadero asesino. Hay mañanas que quisiéramos borrar de

nuestras vidas sobre todo después de lo que me narro el Bola 8 que al parecer

fue lo mas parecido a una violación, "eso del pezón en el culo" es fuerte para

cualquier nacionalidad. Con la incomodidad de que todo huele a sudor nos

turnamos en bañarnos mientras sonreíamos al sorbo de un jugo de naranja.

Limpios de polvo y entre miradas cómplice decidimos esa misma mañana

emprender el regreso. Nuestra hermanas de la caridad nuevamente ofrecieron

llevarnos , cosa incomoda al comienzo pero eramos masoquistas y con la

confianza de haber pasados la noche con dos maquinas de follar, nos relajamos

fumando (porque estas Reinetas si que sabian de buenas

yerbas) recorrimos todo el litoral hasta San Antonio y devuelta a la carretera

rumbo a Santiago. Al bajar del Escarabajo la promesa de volvernos a ver era un

hecho, los besos eufóricos de la despedida lo confirmaban, y cuando la placa

patente se perdía en la Autopista del Sol, decidimos que para el próximo

viaje llegaríamos en paracaídas a la Tumba.

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